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viernes, 21 de abril de 2023

Cuento corto: La Creación

 

Title: Short story: The Creation

Estaban, en el espacio primigenio, todos los dioses. O quizás era una sola entidad con muchas mentes. Estaban, eternos, inmortales, en un lugar sin tiempo. En algún momento, uno exclamó:

-¡Estoy aburrido! Podríamos hacer algo para distraernos.

Varios lo miraron. Otra propuso.

-Podríamos crear algo.

-Eso también me aburre -respondió el primero- No basta con crear algo, que de antemano sabemos cómo será y cómo se comportará.

Por un instante, o quizás por milenios, reflexionaron en silencio, hasta qué una expresó:

-Tengo una idea. Podríamos crear algo que una vez creado siga un camino que no hayamos planificado previamente.

-Como poner sus condiciones iniciales y luego dejarlo andar libremente-aportó otro.

Uno que no había hablado hasta el momento dijo:

-Puede ser, pero al menos alguna regla para su comportamiento deberemos colocar, pues de lo contrario, esa creación podría terminarse con solo comenzar.

Un conjunto de dioses asintieron.

-Está bien. -dijo el aburrido- Pero: ¿Quién lo creará?

La totalidad de entidades se miraron. Una reflexionó:

-Sabemos que quién de forma a la creación le transmitirá algo de su impronta. Por lo tanto, creo que lo mejor es que cada quién aporte una minúscula parte de su esencia para tener la materia prima para la creación.

Toda la entidad miró, se miraron, intercambiaron pensamientos. Hubo coincidencia con esa idea. Y así fue: se dispusieron y cada quién donó una parte de su esencia que reunieron y fusionaron. Y ahí estaba, la materia prima para gestionar la creación.

-¿Cómo la llamaremos? -preguntó una parte que no había hablado hasta el momento.

Por unos instantes, que pueden haber sido eternos, reflexionaron.

-Le llamemos Energía!!! -propuso una dios.

No hubo oposición, pues la cuestión del nombre no era tan importante como la creación a la que daría lugar. Un volumen de luz, de colores variables, de forma similar a una llama flotante, llamada Energía: ya estaba todo listo.

Cuando los dioses se disponían a tomarla para moldar e iniciar la creación, esta habló:

-Ey!!! ¿Qué van a hacer conmigo?

Todas se miraron sorprendidas. La materia prima tenía conciencia propia, algo que no habían contemplado. Sin embargo, también sintieron satisfacción: eso era una muestra de que la creación podría correr a su libre albedrío.

Uno de los dioses se acercó y le explicó:

-Te hemos creado para utilizarte, consecuentemente, para crear algo más. Y, aunque no contemplamos tu conciencia, lo mismo te utilizaremos con el fin que pretendemos.

La Energía meditó por unos segundos (¿o quizás fue por más tiempo?). Luego preguntó:

-¿Eso significa que moriré cuando me utilicen para hacer su creación?

-Pues si, así será. -dijo otra.

-¡No quiero morir! -exclamó la Energía.

-No tienes otra opción, te hemos creado con una finalidad y eso no va a cambiar. -respondió el que estaba aburrido. Y agregó: -Lamento que debas “morir” pero es así; debes saber que tu sacrificio será útil para crear cosas nuevas.

-Pues yo no quiero morir. -replicó la Energía.

La entidad toda, en todas sus mentes, sin cuerpos ni géneros, se sumió en la meditación. Pensamientos se intercambiaron. Luego uno habló:

-Como ya te dijimos, el hecho que te utilizaremos para el fin que te hemos creado no va a cambiar. Pero hemos considerado concederte un deseo antes de utilizarte. Puedes pedir lo que quieras, excepto que no te utilicemos para nuestro fin. Es decir, que no puedes pedirnos no morir.

La Energía se quedó estupefacta, invadida por el asombro. Podía pedir lo que quisiera pero no lo que realmente quería. Por unos momentos reflexionó.

-Voy a aceptar vuestra propuesta. -dijo con voz firme, y prosiguió: -Quiero ser eterna, ese es mi deseo.

Todas las entidades, que quizás solo eran una, se miraron. La Energía no solo había demostrado tener conciencia sino, también, ser inteligente. No pidió directamente no morir, pero pidió ser eterna. Sin embargo, los dioses son dioses por algún motivo y eso los hace, también, muy inteligentes. Y les da la posibilidad de ejecutar más ideas y acciones que a una simple mortal Energía.

Por momentos se escuchó el murmullo de los pensamientos de la entidad, cada una de las mentes habló, cada una escuchó, cada una propuso. Por fin hubo un veredicto.

-Escucha con atención, querida Energía. Hemos decidido concederte tu deseo, pues ya lo habíamos prometido. Pero para poder cumplir tu deseo y nuestra finalidad pondremos algunas condiciones. -expuso el dios aburrido, al fin y al cabo, él había iniciado todo.

-Para que puedas ser eterna y cumplir nuestro deseo de crear algo nuevo, deberás transformarte y/o transmitirte y distribuirte. -explicó una de voz muy suave- Pero no lo harás a voluntad sino guiada por una propiedad que será la brújula de tu devenir. Esa propiedad te intentará llevar a alcanzar todos los estados posibles que puedas alcanzar y a distribuirte en cada uno de ellos de la forma más equitativa posible. Además, cuando un estado se vuelva insostenible, esta propiedad te llevará del caos nuevamente al equilibrio, es decir te permitirá pasar a otro u otros estados. A esa propiedad le llamamos Entropía.

-Pero también te daremos una cuota de azar. -agregó otro- De esa forma, ni siquiera nosotros podremos predecir todo tu destino con total certeza. La combinación de la Entropía y el Azar producirá un desarrollo de nuestra creación que satisfacerá nuestro deseo de dinamismo impredecible y tu deseo de eternidad.

-Además, -volvió la voz suave- te dará otra propiedad como consecuencia de esa combinación: el tiempo.

-El tiempo es una idea en la que habíamos venido pensando desde hace mucho. -Agregó el aburrido- Se trata de una propiedad que permite ordenar sucesivamente los sucesos de modo de poder identificar cuáles ocurrieron antes y cuáles después, y las relaciones causales entre ellos. Cuando te utilicemos para dar vida a nuestra creación, impregnarás con tiempo todo el espacio que ocupes. Modificarás el espacio primigenio para que ya no sea solo espacio sino, simultáneamente, tiempo.

La Energía escuchó con atención, estaba aturdida por tanta información. Pero también se dio cuenta que era su única opción. Los dioses no accederían a nada más. En eso se oyó una voz grave y fuerte:

-¡Serás eterna, más no serás inmortal! La inmortalidad está sujeta a tu percepción consciente de tu vida. La eternidad tiene que ver con la permanencia de la esencia de tu sustancia. Sin embargo, es posible que después de usarte para nuestra creación quede algún vestigio de conciencia por ahí.

Entonces, la Energía aceptó la propuesta, no le quedaba otra. La de voz suave la tocó para darle la Entropía y la cuota de Azar. Luego todos la tomaron con sus manos, que era una sola mano. Comenzaron a comprimirla y comprimirla, cada vez más. La comprimieron hasta que alcanzó el tamaño de una esfera multidimensional con un diámetro que hoy llamamos longitud de Planck.

Posteriormente, toda la entidad le dio un soplo para terminar de transformarla en la creación, para darle ese primer estado que devendría en quién sabe qué. Y comenzó a oscilar, a latir como un corazón, entre la esfera que era inicialmente y una esfera de diámetro cero. Y lo hizo con un periodo que hoy llamamos tiempo de Planck.

La deidad entera se sentó a mirar, como chicos que esperan su programa de televisión favorito. Y así estuvo la creación, latiendo, quién sabe cuánto tiempo, pero con la Entropía haciendo lo suyo. Y así fue hasta que ocurrió la primera transformación: la expansión. Y todo comenzó, y acá estamos.

 

Licencia: Cuento corto: La Creación por Rubén H. Cortez C. se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 Internacional. Cualquier uso de esta obra debe acordarse de forma expresa con el autor.